domingo, 25 de agosto de 2013

JUAN PEDRO ARNAL

Nació en Madrid, el 19 de noviembre de 1735, en la calle Huertas, 11, y murió, también en la capital, el 14 de marzo de 1805.

Era de origen francés, ya que su padre Juan Enrique Arnal, era natural de Jurac, reino de Perpignan, era platero, y trabajaba para la corona. Su madre, Margarita Jerónima Ardi, era natural de Castelnaudry, en el Languedoc.

Estudio arquitectura, en la Academia de Toulouse, en donde fue premiado hasta siete veces, en Arquitectura, Perspectiva y Dibujo.

Gano un Primer premio, por dos proyectos. Uno  “Casa de Consejeros y demás tribunales del rey” y otro “Capilla circular corintia, para un palacio real”, eso le valió para ser comisionado para viajar a Córdoba y Granada , para dibujar las antigüedades árabes, bajo la dirección de José de Hermosilla, teniendo como compañero a Juan de Villanueva, cuatro años más joven que él.

El 2 de mayo de 1767, se presentó en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, con los dibujos realizados en los palacios árabes, la cátedra de Granada, su sagrario, la capilla real, así como un gran número de dibujos de antigüedades árabes, para que se le asignara la graduación que estimasen pertinente.
Se le nombró académico de mérito por la arquitectura. Se involucró mucho con la academia, y a la muerte de Ventura Rodríguez, fue nombrado Director el 5 de marzo de 1786.

Trabajó mucho para la nobleza, y su obra más importante, fue el Palacio de Buenavista, actual Cuartel General del ejército. Se comenzó a construir en 1777, para la Duquesa  de Alba y el marqués de Villafranca, en el llamado Altillo de Buenavista, tras demoler las antiguas edificaciones de la última residencia de la reina Isabel de Farnesio.

Para el Duque del Infantado, construyó una gran casa palacio en Las Vistillas de San Francisco.
Para el marqués de Santa Cruz, una casa en la plaza de la Encarnación. Para don Francisco Pérez de Lerma, una casa en la calle de las Aguas, manzana 117, en 1803.  

Proyecta y realiza, en 1791, la Real Imprenta de la Gaceta, con fachada a la calle Carretas, y muy cerca, en 1795, la Casa de Postas, justo detrás de la Casa de Correos.

Fuera de Madrid, realizó edificios como el Ayuntamiento y la cárcel, en Pozoblanco; la Aduana de Santander; El Pósito de Azgadir; caseríos en Jaizquibel (Guipúzcoa);  etc.

También tiene mucha obra religiosa, en Madrid, el altar de San José, en San Ginés (1789); el tabernáculo en la iglesia de Santa María (1792); el retablo de la iglesia de San Nicolás (1794). Así como otras obras fuera de Madrid: Capilla de la catedral de Burgos, iglesias en Madridejos, Murcia, Malaga, Valencia…incluso en ultramar también realizó obras en la catedral de Córdoba (Mendoza) (1796); y la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, en Méjico (1802).

También tiene una obra hidráulica importante, con fuentes en Sigüenza y Villafranca de Córdoba; Puentes en Navalcarnero, Andoain y la Presa del Povedal del Morrón, en Asturias.  

TEXTO E IMÁGENES: José Casado

DOCUMENTACION: WIKIPEDIA, Sara Izquierdo Álvarez (Ceu)

jueves, 22 de agosto de 2013

Hoy, aprovechando la salida de vacaciones, vamos a contravenir las reglas de este blog, y vamos a mostrar una ciudad: Almuñecar, situada en la costa granadina, que está cargada de historia, por la que han pasado fenicios, romanos, árabes y castellanos, y que, por suerte, tenemos la ocasión de ver restos de estas civilizaciones, y no como en otros lugares de todos sabido.


ALMUÑECAR

La historia de Almuñécar, se inicia alrededor del 1500 a.C, cuando la cultura fenicia coloniza a los antiguos habitantes, provenientes de la cultura arganica, de la Edad del Bronce.


Como el alfabeto fenicio, carecía de vocales, el nombre del asentamiento “SKS”,  siendo la pronunciación “sex”. Tras la conquista de los romanos, dado que en el latín, el nombre de las ciudades, era el locativo, se les añadía una “i”, siendo el nombre “sexi”, al que se añadieron “Firmium Iulium”. De ahí que a los habitantes de Almuñécar, se les llame Sexitanos.

Anteriormente, cuando en el siglo III, llegan los romanos, se encuentran una ciudad bien estructurada, con una pujante economía, basada en la salazón de pescado, fabricación de garum, una moneda propia. La remodelan, construyendo templos, teatro y acueducto.

El nombre actual, proviene de los árabes, que en el siglo VIII, la volvieron a reconstruir, llamándola “Hisn-al-Monacar”, que significa “rodeada de montañas”.

En tiempos de Al-Ándalus, el famoso viajero al-Idrisi, descubrió la ciudad, ya menciona las ruinas de anteriores culturas.

Cuando en el año 755, llega a la península Abderramán I, por las costas sexitanas, Almuñécar, pasó a formar parte de la Cora de Elvira, según la administración musulmana. En ese momento, Almuñécar, era un punto fuerte en la costa: un “hisn” o castillo, aunque no fue, hasta el siglo XI, no se puede hablar de ella como ciudad o medina.
Producía caña de azúcar, plátanos, pasas, cereales, todo tipo de frutas, y tenia abundante pesca. Disponía de puerto, barrios extramuros y mezquita.

Durante el reino nazarí, perteneció a la taifa de Granada, y era uno de los núcleos más importantes.
Tras la caída de Baza, en 1489, la costa de Granada se rindió a las tropas castellanas, en diciembre de ese mismo año, firmándose las capitulaciones en Almuñécar.

Del periodo fenicio, aun han llegado a nuestros días, algunos restos, como son la fábrica de salazón de pescado.




 Aunque datan del siglo  IV a. C., su mayor apogeo lo tuvieron en la época romana, ya que para estos este producto era muy apreciado, así como el “garum”, que era una especie de paté.
Estuvo en funcionamiento hasta el siglo IV, d.C.

 De la época romana, tenemos distintos trozos del acueducto que traía el agua a la ciudad, como son los de la imagen, dentro de la propia ciudad, además de otros fuera del casco urbano. Junto a los restos, del acueducto, podemos ver los de las termas existentes junto a él.
Incluso esta fuente, en la zona antigua de la ciudad, hoy sin agua, estaba alimentada por el acueducto.





También podemos admirar las bóvedas subterráneas Obra que realizaron los romanos, hace 2000 años, para nivelar el terreno en la parte alta de la ciudad. Albergan  la llamada Cueva de los Siete Palacios, en donde podemos ver el Museo arqueológico de la ciudad, en el cual, además de diversos hallazgos, podemos admirar  su principal objeto: un vaso cinerario, que perteneció al faraón Apofis I, construido en mármol.


Mención especial, podemos darle al Castillo de San Miguel, de origen árabe, delimitado por los restos del recinto amurallado anterior al existente.


El recinto exterior, atraviesa el castillo árabe y fue realizado en el siglo XVI.

Esta situado en lo alto de un cerro, y tiene un amplio foso, y tenía puente levadizo. Podemos observar distintas torres, cada una de una forma.
La torre del Homenaje, esta destruida, y en el interior del castillo, se guarda el Museo de la Ciudad. Posteriormente, fue también reconstruido por los cristianos, una vez que Baza cayó, y Almuñécar se rindió.
En la parte noroeste, podemos ver una torre albarrana. El castillo, esta construido en piedra, y el ladrillo se dejó para la construcción de las partes más importantes.


Otro edificio singular que podemos visitar, el Palacete de la Najarra. Construido en el siglo XIX, por José Rubio Osorio, sobre una antigua casa árabe, guarda todas las partes típicas de este tipo de construcciones, y tiene un patio con varias fuentes (que cosa más triste, una fuente sin agua). En su interior está la oficina de Turismo, y en el patio, podemos ver una casa andaluza, hecha a escala, lo que la hace parecer una casa de muñecas.



Otro edificio interesante, es la iglesia de la Encarnación. Construida, entre 1595 y 1600, sobre el depósito de agua romano, fue diseñada por Juan de Herrera, si, nuestro Juan de Herrera, aunque la torre se debe a Diego de Siloé.




TEXTO E IMÁGENES:  José Casado y Olga Pérez

DOCUMENTACIÓN:  Wikipedia, Granadapedia, Almuñecar.Info