El aprendiz de río
Cuando sale del embalse de Santillana, se interna en el termino municipal de Colmenar Viejo, y tras alguna zona de canchales, se encuentra con una zona en la que se conservan puentes y batanes que funcionaban antiguamente.
Cuando sale del embalse de Santillana, se interna en el termino municipal de Colmenar Viejo, y tras alguna zona de canchales, se encuentra con una zona en la que se conservan puentes y batanes que funcionaban antiguamente.
Hoy aun podemos ver un par de puentes. El primero es el del Batan, y debe su nombre, a que había un batan en sus inmediaciones. Data de la época medieval, construyéndose durante la Reconquista Cristiana.
Esta situado en el Km 39 de la M-607, y en aquella época, era el único lugar para vadear el río. En 1680, una crecida obligó a una reconstrucción, realizada en 1681, y por el pasa un ramal de la Cañada Segoviana.
Esta situado en el Km 39 de la M-607, y en aquella época, era el único lugar para vadear el río. En 1680, una crecida obligó a una reconstrucción, realizada en 1681, y por el pasa un ramal de la Cañada Segoviana.
Tiene un único arco de medio punto, con 10,5 metros de luz y casi 4 metros de ancho, y esta construido enteramente en piedra de granito.
Mas adelante, nos encontramos el complejo de El Navallar, compuesto por el Sifón de Navarrosillos y la Presa de El Grajal.
A pocos metros de la presa, nos encontramos con el segundo de los puentes: El Grajal. Levantado durante la dominación árabe, formaba parte del camino militar, que unía Talamanca del Jarama, con el Valle del Tietar, recorriendo varias atalayas y ciudadelas, algunas de las cuales aun hoy se mantienen en pie.Mas adelante, nos encontramos el complejo de El Navallar, compuesto por el Sifón de Navarrosillos y la Presa de El Grajal.
Esta ubicado en la carretera M-618, que une Colmenar Viejo, con Hoyo de Manzanares, y podemos fechar su construcción, entre los siglos IX y XI. Aunque fue restaurado en el siglo XVIII, lo que alteró su aspecto parcialmente.
Es también de piedra de granito, con un solo arco de 10 metros de luz. Su ancho de tablero, es de 3,34 metros, equivalente a los 6 codos rassasies (medida clásica del Islam, para sus puentes).
El Manzanares, siguiendo su curso, atraviesa una zona de dehesas, hasta internarse en el Monte de El Pardo.
Aquí encuentra el obstáculo que ya definitivamente, condiciona su caudal, en el resto de su curso: La Presa de El Pardo.
Es también de piedra de granito, con un solo arco de 10 metros de luz. Su ancho de tablero, es de 3,34 metros, equivalente a los 6 codos rassasies (medida clásica del Islam, para sus puentes).
El Manzanares, siguiendo su curso, atraviesa una zona de dehesas, hasta internarse en el Monte de El Pardo.
Aquí encuentra el obstáculo que ya definitivamente, condiciona su caudal, en el resto de su curso: La Presa de El Pardo.
Esta se construyó para regular su caudal, en su paso por Madrid. Tiene un dique de tierra de 35 metros de altura, sobre el nivel del cauce y una longitud de 830 metros.
Se empezó a construir en 1970. Tiene una superficie de 550 Ha. Y una capacidad de 45 Hm3. Tiene un aliviadero que evacua 750 m3 por segundo.
Su construcción, inundó la parte más fértil del Monte de El Pardo, y tuvo un fuerte y negativo impacto medioambiental. Afectó a varias especies piscícolas, pasando de tener 7 especies autóctonas, a tan solo dos ( barbo común y Boga), así como al resto de la fauna de la zona..
En esta parte, el río, atraviesa zonas de encinar, que constituyen uno de los bosques mediterráneos mejor conservados de Europa. Existiendo además una rica vegetación de ribera muy rica, con abundantes fresnos.
Entra ya en la localidad de El Pardo, municipio anexionado a Madrid, dentro del distrito Fuencarral-El Pardo, desde 1950.
Tras pasar por debajo del Puente de los Capuchinos, llega a una zona llamada La Playa de Madrid, y que era una zona de baño para los madrileños en los años 60 y 70, aunque hoy en día, todavía podemos ver a multitud de personas que van a pasar el día a la ribera del río.
Tras pasar por debajo del Puente de los Capuchinos, llega a una zona llamada La Playa de Madrid, y que era una zona de baño para los madrileños en los años 60 y 70, aunque hoy en día, todavía podemos ver a multitud de personas que van a pasar el día a la ribera del río.
A partir de aquí, el río nos es “hurtado”, por varias instalaciones deportivas, alguna de ellas de dudosa legalidad, dado que los terrenos pertenecen a Patrimonio Nacional, y que permitieron que continuase su existencia, con la obligación de permitir el acceso a todo el mundo, cosa que no se produce en todas ellas.
Ya a la altura del Palacio de la Zarzuela, se encuentra con la primera de las depuradoras que controlan la calidad del agua del río. Esta zona era el antiguo linde entre El Pardo y Madrid.