Ya sé que anteriormente, a través de algún blog, se ha hablado de este jardín, pero en mi opinión, no se le ha dado la importancia que merece. En algunas ocasiones, y sin que sirva de precedente, los dirigentes tienen un momento de lucidez, tienen buenas ideas, se rodean de las personas adecuadas, y eligen a los mejores en su especialidad.
De una de estas conjunciones, casi mística, nació El Jardín de las Tres Culturas. Su autora, Myriam Silber Brodsky, que por aquel entonces, residía en Madrid, diseñó este jardín, como recordatorio de la convivencia que, en el pasado, hubo en España, aunque no fuese todo lo idílica que creemos, de las culturas cristiana, árabe y judía.
El jardín esta formado por tres estancias, una por cada una de las culturas, dominadas, en la altura, por una plataforma, común a las tres, que representa El Paraíso. A esta zona, entramos por unas enormes puertas, caminando a través de una pasarela de madera. El lugar, está profusamente cubierto de vegetación y agua, lo que nos da una sensación de vergel.
El Jardín Cristiano o Claustro de Las Cantigas, en honor a Alfonso X, El Sabio, que fue mecenas de eruditos, tanto árabes como judíos. Tiene una planta en forma de cruz, y debido a las columnas, nos transmite una sensación de claustro medieval. Las plantas aromáticas y medicinales, como el romero, la lavanda, el laurel, etc. en parterres con la forma clásica geométrica en estos recintos, nos refuerza esa sensación.
La entrada, la realizamos por una puerta, de la que cuelga una campana, y los paseos, confluyen en una plaza, en donde podemos ver un pequeño templete, imagen clásica que ilumina las Cantigas.
Originalmente, en uno de los estanques, existía un órgano, formado por siete tubos transparentes, que representaba la unión de la música con el agua.
El Jardín Árabe o Estanque de Las Delicias, recuerda en su planta a un tapiz persa. Varios muros de ladrillo, de distintas alturas, forman varias estancias independientes.
En el centro, podemos observar un pabellón, sobre una fuente de mármol blanco, que vierte su agua a un estanque. En la parte baja, el agua corre por acequias, adornadas con azulejos, como generadora de vida y sonidos. Flanqueando todo el conjunto, hay cuatro palomares, en forma de minarete.
Todo el jardín, esta aromatizado por árboles y plantas, como naranjos, jazmines, lirios, etc.
El Jardín Judío o Vergel de los Granados, toma su nombre del Cantar de los Cantares del rey Salomón. Aquí podemos observar cuadriculas de distintas texturas, pavimentos y arenas.
El recinto esta delimitado por muros de piedra caliza, traída expresamente de Jerusalén. En el suelo esta formada la estrella de David, y en el centro, una fuente, en forma de espiral, vierte agua para varios arroyos.
Las especies plantadas, están inspirados por los textos bíblicos: granados, cipreses, almendros, etc. Separados por el muro, de la otra parte, que representa el desierto, con rocas, palmeras y arena.
TEXTO E IMÁGENES: José Casado.
DOCUMENTACIÓN: Aquí quiero agradecer efusivamente a Doña Myriam Silber Brodsky, diseñadora del jardín de las Tres Culturas, y que en su extenso currículo, cuenta con el diseño, junto a Carmen Auñon, de los jardines del Marques de Casa Riera, siendo también la creadora y coordinadora de la Escuela de Jardinería de la Quinta de los Molinos, así como con multitud de conferencias y exposiciones. Con la que contacté, tras comprobar que era la diseñadora de jardín, y que desde Santiago de Chile, en donde actualmente tiene su residencia, me ha aportado datos, así como una reflexión:
“Desde pequeña, soñé con que las tres culturas compartan un espacio común y valoren mas “el vaso medio lleno”, que “el vaso medio vacío”. Con esto quiero decir, que potencien más las cosas comunes, que las que nos desunen. Luego, con mi estancia en Israel, durante cerca de tres años, comprendí más este sentimiento y cuantas cosas nos unían, y a la vez que extraño era esto de seguir sacándonos los ojos por un pedazo de tierra, por la permanencia, etc. Entonces, aun siendo judía, pensé cuantas cosas teníamos en común, con nuestros hermanos árabes y cristianos, y así salio este proyecto, con mucho sentimiento y proyección de futuro, queriendo que sirva como una gota mas, que llene el vaso de la convivencia y la fraternidad entre los pueblos”. Un saludo Myriam.