Nación en Madrid, en 1808,
algunos autores dicen que nació en Valencia, aunque si como parece, era hijo de
uno de los conserjes, de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando,
parece difícil que naciera en Valencia, y tampoco se ponen de acuerdo en el
lugar de su muerte, aunque si en el año 1870, unos sostienen que en Madrid, y
otros que en Lisboa.
Cursa sus estudios de
arquitectura, en la Real Academia de San Fernando, en la que se titula en 1833,
aunque ya en 1831, obtiene el primer premio 2ª clase de la Academia, y en 1833,
el 2º premio de 1ª clase, de la misma Academia. En 1852, fue nombrado director
de la Academia de Arquitectura, y después, en 1864, fue nombrado para una
segunda etapa
Entre 1836 y 1838, estuvo
pensionado en Paris y Londres, y no en Roma como era lo normal en promociones
anteriores. Cuando regresó, en 1838, intentó aunar sus distintos conocimientos
y tras trazar los planos de la Sacramental de San Luis, creó una fundición,
para experimentar nuevas técnicas de ornamentación.
Después crearía una Escuela de Jardinería
para los Reales Sitios, en el Campo del Moro primero y en la Casa de Campo
después, ya como Arquitecto Mayor de Palacio, en 1844.
Ganó el concurso para el Palacio
de las Cortes.
Ponemos esta imagen, dado el
estado en que se encuentra en estos días, que vemos en esta otra imagen.
Aprovechó los terrenos
desamortizados por la iglesia, y lo erigió, entre 1842 y 1850, sobre la antigua
iglesia del Espíritu Santo, en la Carrera de San Jerónimo. El arquitecto,
soslayó los problemas, que producía el desnivel de hasta 6 metros existente,
con maestría, y erigió un palacio renacentista, colocando delante un pórtico
columnado, rematado con un frontón del artista Ponciano Ponzano.
Entre 1845 y 1858, construyó,
para el marqués de Salamanca, un palacio en la Castellana, hoy sede del BBVA,
que marcaría la tendencia de los que posteriormente se construyeron en esa zona.
En 1861, levantó el Palacio de
Fontagud, por orden del banquero Fontagud y Gargollo, y que posteriormente
compró la Compañía Arrendataria de Tabacos, en la calle Barquillo, 5
También reformó la Iglesia de los
Jerónimos, a la que añadió las dos torres neogóticas al ábside, que la
confieren ese aire tan especial.
Dentro de esta faceta de
reformista, tenemos su participación en la restauración del Observatorio Astronómico,
entre 1845 y 1847, que había hecho Juan de Villanueva; la reforma del Palacio
de Frías; edificios en la Plaza Mayor, etc.
En la faceta de urbanista,
también fue muy importante, realineó la Plaza de la Armería, con el Palacio, y
con la Plaza de oriente, que José Bonaparte había trastocado, y realizó el
trazado del Campo del Moro, al oeste del palacio.
TEXTO E IMÁGENES: José Casado
DOCUMENTACION: Wikipedia, Archivo
de El País, Historia ETSAM,
Hola José:
ResponderEliminarComo bien dices, es un arquitecto que no se conoce mucho, pero decisivo para la actual fisonomía de Madrid. Sus intervenciones sobre la Plaza de la Armería y el Campo del Moro me parecen muy afortunadas.
Gracias por el artículo. Un abrazo, Jesús
Hola Jesús. Es cierto, es uno de los que junto a Ventura Rodríguez en el Salón del Prado, o Secundino Zuazo (del que ya hablaremos), con la zona de los Nuevos Ministerios, han ido dando a Madrid, esa fisonomía tan particular.
ResponderEliminarGracias por el comentario y un abrazo.
Hola José,
ResponderEliminarOtro arquitecto madrileño al que se le ha hecho poca justicia. Parece que los que se han dedicado mayoritariamente a obra civil son menos reconocidos.
Buena labor la la tuya, la de airear a estos injustamente olvidados y que sin ellos Madrid no sería lo que es.
Un abrazo.
Muy buen recuerdo, José, para un arquitecto que fue importante para Madrid. Y con uns fotos muy bonitas. Sigue con esta serie, es estupenda.
ResponderEliminarHola Manuel. Es cierto, todavía hay varios, con obras muy importantes, que ya iremos viendo.
ResponderEliminarGracias por el comentario.
Un abrazo.
Hola Mercedes. No te preocupes que la seria va a seguir, los Saldaña, Garcia Guereta, Zuazo, Arnal, etc. iran apareciendo en ella.
ResponderEliminarGracias y un saludo.
Hola José,
ResponderEliminarEnhorabuena por la serie. Además viene en un momento complicadísimo y de falta de reconocimiento al arquitecto por parte, no sólo del ciudadano de a pie, sino de la administración.
Gracias y un abrazo.
Hola Antonio. Gracias por el animo. Yo creo que el ciudadano de a pie, no sabe quien es el arquitecto, en la mayoría de los casos, y de la administración que vamos a decir? Prefiere dejar abandonados edificios con la máxima protección, para poder tirarlos sin ningún rubor. Momentos difíciles, tienes razón
ResponderEliminarUn abrazo